El otoño ha llegado con fuerza a Salamanca. Se acabaron las ferias, las casetas y los estudiantes ya están aquí. Vuelvo a recibir noticias de mi ex-facultad (y casa), la Facultad de Comunicación. Hoy me he acordado de cómo bromeabamos en la carrera sobre la poca presencia de las Relaciones Públicas, eclipsadas por las más gráficas y glamourosas Periodismo, Comunicación o Publicidad.
Relaciones públicas era RRPP, quedaba relegado a una "coletilla" de la licenciatura en Publicidad. Al fin y al cabo, aquí en tierras charras, el relaciones públicas es aquel que reparte las tarjetas de los distintos bares en las calles de marcha. Error de traducción o el poder de los estereotipos, la verdad es que en España a la profesión de Relaciones públicas le falta entidad.
Entre los "entendidos", los propios profesionales, muchas veces se asocia relaciones públicas con "publicity", con intentar comprar a los medios y volver locos a los "verdaderos periodistas" con notas de prensa carentes de interés. Comprar espacio en los medios y ni siquiera tener la decencia de llenarlo con algo ingenioso, como los hermanos publicistas.
Tópicos, malas prácticas, profesionales poco preparados...por suerte todo esto está cambiando. Actualmente vivimos una época vibrante en esta disciplina, una época de replanteamientos, de nuevas y poderosas herramientas y de cambios vertiginosos, pero nuestra tarea sigue siendo la misma: establecer conexiones entre la empresa y su entorno que sean beneficiosas para ambos. Ni más ni menos. ¡Menuda coletilla!
Relaciones públicas era RRPP, quedaba relegado a una "coletilla" de la licenciatura en Publicidad. Al fin y al cabo, aquí en tierras charras, el relaciones públicas es aquel que reparte las tarjetas de los distintos bares en las calles de marcha. Error de traducción o el poder de los estereotipos, la verdad es que en España a la profesión de Relaciones públicas le falta entidad.
Entre los "entendidos", los propios profesionales, muchas veces se asocia relaciones públicas con "publicity", con intentar comprar a los medios y volver locos a los "verdaderos periodistas" con notas de prensa carentes de interés. Comprar espacio en los medios y ni siquiera tener la decencia de llenarlo con algo ingenioso, como los hermanos publicistas.
Tópicos, malas prácticas, profesionales poco preparados...por suerte todo esto está cambiando. Actualmente vivimos una época vibrante en esta disciplina, una época de replanteamientos, de nuevas y poderosas herramientas y de cambios vertiginosos, pero nuestra tarea sigue siendo la misma: establecer conexiones entre la empresa y su entorno que sean beneficiosas para ambos. Ni más ni menos. ¡Menuda coletilla!
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